El maestro Jesús Morín ante la Orquesta Sinfónica del Estado Guárico |
Juan Yáñez
Brilló
nuevamente la MÚSICA
-así con mayúsculas- , la más excelsa diva de la Creación , en nuestra
capital guariqueña: San Juan de los Morros; el pasado 15 de diciembre del 2013
y tuvo como escenario el Centro Cultural Simón Bolívar, con una obra de hondo
significado espiritual y religioso: La Sinfonía
n.º 2 en do menor del compositor austríaco Gustav Mahler.
La
composición es conocida
como Auferstehung (Resurrección en alemán),
y que corresponde a una musicalización
de la oda del mismo nombre, escrita por Klopstock, el poeta lírico
germano, que fuera compuesta entre1888 y 1894 y tiene un final coral, a semejanza de la Novena Sinfonía de Beethoven.
La interpretación fue una muestra más de la
calidad la
música académica venezolana y se distinguieron los prestigiosos músicos de tres
instituciones de nuestro estado: La Orquesta Sinfónica del Estado Guárico, la Orquesta
Sinfónica de la Juventud Guariqueña
“Antonio Estevez” y el Coro Sinfónico Juvenil del Estado Guárico.
Además
intervinieron como invitadas especiales, dos distinguidas damas, eximias
cantantes líricas del Sistema, que nos emocionaron con unas voces de una
calidad exquisita, las señoras Marilyn Angélica Vitoria Peláez,
(contralto) y Zaireth Margarita Pérez Huérfano, (mezzo soprano). Todo ello
bajo la inmejorable dirección orquestal del maestro Jesús Morín.
La obra:
La sinfonía nº 2 de
Mahler
es una composición de compleja ejecución, compuesta para una gran orquesta sinfónica, un coro mixto, dos solistas femeninos y un
conjunto fuera de escena de metales y percusión. (Así fue presentada en esta
oportunidad). Consta de 5 movimientos:
el primero representa un funeral donde surge la duda: "¿Hay vida después de la muerte?"; el segundo es una alegoría a los
tiempos felices que se han vivido; el tercero representa la pérdida de la fe y
la consideración de la vida terrenal como un absurdo; el cuarto se ocupa del renacimiento de la fe y la vigencia de
Dios y el quinto el reconocimiento absoluto de la vida después de la muerte, lo
que da nombre a la obra: La Resurrección.
Una
inolvidable tarde-noche dominical, en que se disfrutó de una excelente música,
en la que asistió mucho público, pródiga en emociones, largos y merecidos aplausos. También se entregaron
reconocimientos a los miembros de las orquestas y coro, por el Día del Músico,
entre ellos, a la incansable pionera de la formación del Coro Sinfónico del
estado Guárico, la
Maestra María Contreras y otros relevantes miembros del
mismo.
Necesario
es destacar la feliz iniciativa del título del concierto. A propósito de ello,
reconocer el oportuno contenido de las precisas y conciliadoras palabras del
Maestro Jesús Morín al finalizar el concierto, refiriéndose a su perspectiva, que se fundamenta en la música
y se proyecta más allá, hasta alcanzar una paz social estable, en pro del entendimiento tácito entre
distintos grupos, clases o estamentos sociales o políticos para el logro de una Venezuela unida y sin
fracturas.
También
fue homenajeada la profesora Elisa Pineda de Belisario quien fuera la
presidente de la Fundación Orquesta
del Estado Guárico, más recordada y
querida. Ya para finalizar no nos queda más que ratificar que sin lugar a dudas
fue uno de los conciertos, mejores logrados del año 2013, más reveladores del esfuerzo mancomunado del
Sistema creado por el maestro Abreu, de reconocida excelencia en la música
sinfónica del mundo entero y exquisitamente mostrado en esta oportunidad, donde
se hizo una vez más, evidente la perseverancia, la constancia, el tesón, unido todo
ello al infaltable talento de los músicos de nuestro estado.
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