Alejandro Villarreal - Director de hagaselamusica.com
Lunes, 22 de Febrero de 2016
Imponente puesta de la ópera de Richard
Wagner en el Teatro Colón. Lohengrin es el sexto título de la presente
temporada lírica en el máximo coliseo de este lado del mundo y como tal no pasó
en absoluto desapercibido. Puede ser por su director de escena, Roberto Oswald,
quién sorprendió con una cuidada creación llena de simbolismos y una colosal
presencia de la iluminación. O por una Orquesta que sonó de manera ajustada de
principio a fin en manos del director Ira Levin, logrando por momentos un juego
de sonidos en el que los músicos se mudaron, cada vez que fue necesario, del
foso a detrás de escena o a los palcos. Brillante creación de Levin con sus
músicos para un Lohengrin que dejó mucho más de lo hasta acá expuesto.
El barítono James Johnson fue, por
confirmadas percepciones, el mejor intérprete de este "Lohengrin" que
tuvo en general varios desaciertos en la interpretación de sus voces. Johnson
llevó adelante el personaje de Friedrich de Telramund, un ser noble y honesto
que a la sombra de su esposa queda inmerso en la desgracia, la mentira y la deshonra. El
"Telramund" de Johnson es brillante, una voz impecable con una
emisión importante y sin altibajos. Es que Johnson es un experimentado
intérprete que deslumbra desde hace años en las principales salas líricas del
mundo. Un gran cantante y actor, el resultado es claro: un vasto artista
profesional dentro de un mundo donde la perfección es el objetivo. Johnson fue
la estrella de este "Lohenhgrin" que deja claras deudas en el rol de
los cantantes si tenemos en cuenta que Friedrich de Telramund es el tercer
papel en orden de prioridad de la obra.
La mezzosoprano Janina Baechle en la piel
de Ortrude, esposa de Telramund, llevó adelante su interpretación con
deslealtades en la emisión de su voz, cuenta con un buen timbre y volumen
considerable pero su tesitura no es estable y a raíz de esto su interpretación
fue incontrolable y poco armoniosa. Su caracterización de la hechicera es muy
buena pero no fue suficiente en un espacio en el que por sobre todo importa el
canto. Una vez finalizada la obra Janina
Baechle no salió al escenario a saludar dejándonos a los presentes la inquietud
de “por qué”, si fue por algún motivo personal o para evitar el abucheo del
público. Si fuera por esta rechazable práctica pregunto: ¿Quién está en
condiciones de abuchear a alguien? Existen ovaciones, aplausos e indiferencia a
la hora de premiar a un artista, pero abuchear es como mínimo un signo de mala
educación. Dicha devolución no debería existir en un contexto infinitamente
valioso como el del arte.
Continuando con los intérpretes de la ópera
es justo destacar a un "tímido" Richard Crawley que fue fortaleciendo
su presencia vocal a medida que se sucedían los actos. Crawley, quien carece de
un volumen considerable, fue de menor a mayor dejándonos muy complacidos con su
interpretación de "Lohengrin" que mereció una importante ovación en
el final. Su voz, de buen timbre y vibrato igualado en el tercer acto, fue una
demostración de importante madurez vocal. Por su parte la soprano danesa Ann
Petersen cumplió de muy buena manera el rol de Elsa de Brabante por poseer una
importante voz aunque lamentablemente no se conjuga con una buena y constante
emisión. Debo decir que su caracterización de Elsa de Brabante me hacía ver en
escena a la grandiosa Joan Sutherland ya que su parecido físico era notable.
Por momentos me dejaba llevar por su voz y su imagen y era como estar
asistiendo a la increíble presencia de la tan recordada diva.
Lohengrin narra la historia de un caballero
del Grial e hijo de Parzival que viaja al reino de Brabante a orillas del
Escalda, reino de Heinrich I, para defender a la princesa Elsa quien fue
acusada por la hechicera Ortrud y su marido Telramund de un crimen que no
cometió. Estos personajes protagonizan la historia de Lohengrin de Wagner. El
papel de Heinrich I lo llevó adelante el bajo Kurt Rydl quién descolló en su
interpretación. Su voz flexible de bajo ligero le da brillo a un personaje
justo y noble.
Hay que destacar de la obra en general al
dúo de Ortrude y Telramund en el comienzo del segundo acto "Erhebe dich,
Genossin meiner Schmach!", donde el barítono James Johnson y la
mezzosoprano Janina Baechle se lucen en un contexto oscuro y perverso muy bien
delineado por Roberto Oswald. También es de destacar el dúo de Elsa con
Lohengrin del tercer acto "Atmest du nicht mir die süssen Düfte", con
brillantes exposiciones del tenor Richard Crawley y la soprano danesa Ann
Petersen. Una mención especial merecen los fragmentos corales, muy presentes en
esta obra y a los que Wagner les da un carácter de jurado constante de la
acción, de lo que sucede en escena, haciéndolos partícipes de las decisiones.
El Coro Estable del Teatro Colón bajo la dirección del maestro Peter Burian no
dejo lugar a dudas, fue una eximia e imponente presencia vocal!
Decía que Lohengrin en el teatro Colón no
pasó para nada desapercibido y como principal motivo mencioné la puesta en
escena de Roberto Oswald. El experimentado reggie quiso con esta nueva puesta
de Lohengrin (quinta en su haber de esta obra) llevar a escena una propuesta
basada en los símbolos de Lohengrin y su leyenda. Una puesta sencilla que nos
da espacio para crear nuestra propia idea de la leyenda del caballero del
Grial. “Una presentación minimalista” según su autor que para mí dejó mucho más
que el simbolismo y el surrealismo de la idea, dejó la firme sensación de que
Lohengrin puede vivir en algún lugar al que todos podemos acceder y a su vez
dejarnos llevar al surrealismo de un ser de luz que asiste a la humanidad en
pos de un mundo mejor hasta que la realidad se encarga de despedirlo con su
crudeza y sádica visión de lo palpable. Nada existe si no lo vemos.
Lohengrin de Wagner fue el sexto título de
la presente temporada del Teatro Colón y no pasó desapercibido, tuvo momentos
muy buenos y otros no tanto... ¿Acaso no se trata de una obra de Wagner? Un
compositor y hombre que nunca resultó inadvertido en vida y no solo por ser un
genio de la música. Después de todo, de eso se trata la existencia.
Alejandro Villarreal - Director de hagaselamusica.com