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jueves, 20 de septiembre de 2012

La Sinfónica Juvenil de Caracas conquistó San Petesburgo


septiembre 19, 2012 6:58 amPublicado en: Cultura, La buena noticia La Patilla


Interpretaron obras de dos de los autores rusos más importantes: Tchaikovsky y Shostakovich en el mítico Teatro Mariinsky, recibiendo largas y calurosas ovaciones. Ahora la orquesta se enfoca en su próximo objetivo: el Festiva Dvorak que se celebra en Praga, República Checa

Prensa FundaMusical Bolívar
Tocar obras de compositores rusos como la Francesca de Rimini de Tchaikovsky, y la Obertura Festiva y la Sinfonía N° 10 de Shostakovich puede considerarse como un reto, pero interpretarlas en el propio territorio ruso y más aún en el legendario Teatro Mariinsky de San Petesburgo, representa toda una odisea que prueba la valía de cualquier orquesta, así como la sabiduría de su director. El martes 18 de septiembre, la Sinfónica Juvenil de Caracas guiada por Dietrich Paredes logró superar con éxito rotundo ese desafío, cautivando y emocionando al difícil público ruso.

El Teatro Mariinsky, cuya historia se remonta al año 1785, lleva ese nombre en honor a María Alexandrovna, esposa del zar Alejandro II de Rusia. La estructura actual comenzó a ser construida en 1835 y desde ese entonces, es un recinto sagrado para el universo de la música académica, la opera y el ballet. Tocar allí es el sueño de cualquier músico. El propio Shostakovich estrenó allí varias de sus obras. Fue cuna del ballet del legendario coreógrafo Marius Petipa y en su escenario han dejado su huella imborrable artistas de la talla de los bailarines Anna Pavlova, Natalia Dudinskaya y Mijail Baryshnikov.
Actualmente, el director artístico y además director de la orquesta del teatro es el gran maestro Valery Gergiev, quien en reiteradas oportunidades ha profesado su admiración por El Sistema venezolano. Este recinto es muy riguroso al planificar su temporada de espectáculos, solo recibe a las principales orquestas del mundo y a las más prestigiosas compañías de ópera y ballet.
El martes pasado, la marquesina del teatro mostraba tres grandes nombres que ofrecían sus espectáculos simultáneamente y en diferentes salas: la Opera Mariinsky presentaba el musical Khovanshchina y la Sinfónica Juvenil de Caracas ofrecía el concierto de inicio de temporada. Luego el ballet Mariinsky estrenaría Raymonda. Los transeúntes al pasar por la fachada se topaban por una gigante valla publicitaría que mostraba una colorida foto de la orquesta venezolana.

FOTO Nohely Oliveros / FUNDAMUSICAL BOLÍVAR
Muchas orquestas temen presentarse en el Mariinsky debido a la severidad de su público y a los implacables críticos musicales que asisten a sus conciertos. Los músicos venezolanos sabían a lo que se enfrentaban y asumieron el compromiso con gran profesionalismo, pese a que la mayoría de ellos no supera los 23 años de edad. Al empezar el concierto con la interpretación de la Francesca de Rimini, la audiencia entró en un estado de trance que terminó con la última nota. Dietrich Paredes no había bajado su batuta cuando varios espectadores se pararon para gritar ¡bravo! y acto seguido vendría una eufórica y explosiva ovación, atípica de la audiencia rusa.
“Estoy muy sorprendido por la pasión, la fuerza y el sentimiento de este orquesta, así deben sonar esas obras, la música de Tchaikovsky tiene que ser interpretada así y eso se ha perdido en el mundo, que bueno que jóvenes como ustedes estén rescatando esta tradición”, expresó el crítico musical Vladimir Dudin.
“Las orquestas rusas antes tocaban así, sonaban así, con esa pasión, pero eso se ha perdido en la juventud, creo que tenemos mucho que aprender de ustedes”, dijo un espectador de 85 años que asiste a las temporadas de conciertos del Mariinsky desde hace más de 50 años. Muchas personas viajaron desde regiones remotas como Siberia, para estar presentes en el concierto de la orquesta.
Los bises fueron recibidos con los brazos abiertos, comenzando con la Obertura Festiva de Shostakovich y la Danza Bacanal de Saint-Saens. La fiesta terminó de montarse con el repertorio latinoamericano que incluyó el Tico tico de Zequinha de Abreu, el Malambo de Ginastera y el Mambo de Bernstein. La gente quería más, no paraban de aplaudir y el personal del teatro tuvo que ayudar a
desalojar el recinto porque nadie quería irse.
FOTO Nohely Oliveros / FUNDAMUSICAL BOLÍVAR

EL BLOG OPINA: 
                                 Un logro más de los músicos venezolanos. Hoy sin duda están en la cumbre de la música clásica a nivel internacional. ¡Bravo muchachos!!!

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